DEPREDADORES
De acuerdo con los veterinarios que realizaron algunas necropsias a
las cabras y borregos, se concluyó que las muertes se debieron al ataque de un
animal feroz, posiblemente un jaguar o puma.
Por ejemplo, el señor Jesús Espinoza Ramírez, técnico de la
SAGAR, dijo que los borregos del rancho San Antonio Los Sauces, en
Chiapas, murieron debido al ataque de una jauría de perros. Rafael
González, jefe de ese departamento, apoyó la explicación y añadió que
ya se habían presentado por lo menos dos casos similares en los últimos quince
meses, uno en el rancho La Chocona y otro en el municipio de
Osumacinta.
El presidente de la Asociación de Ovicultores de Chiapas,
Ernesto Sánchez Yannini, señaló que en los 20 años que le ha
dedicado a la ganadería jamás había visto que murieran tantos animales en un
ataque, aunque no descarta la idea de que una jauría haya sido la causante.
Sánchez Yannini apuntó que cuando estos animales son atacados o acosados, no
emiten ningún sonido, y por ello suelen ser robados con facilidad.
Esto explicaría el supuesto misterio adicional de que nadie escuche el balido
de las cabras y ovejas al ser atacadas. En el caso de La Chocona se dijo que
nadie había escuchado los ladridos de los perros, ni los balidos de las
ovejas.
El velador del rancho, Víctor Manuel Samoaya, dijo haber
visto a una persona como de medio metro de estatura totalmente albina y
desnuda.
En el rancho La Remolacha, ubicado a 5 kilómetros de Los Mochis,
Sinaloa, fueron encontrados degollados 14 borregos, y no 40 como dijeron algunos
ufólogos. Manuel Rodríguez, dueño del rancho, declaró:
“No sé si es obra de extraterrestres o del diablo, lo cierto es que los
animales amanecieron con el pescuezo perforado y la gente está
aterrada.
“Dicen que fueron perros, yo tengo diez y éstos jamás habrían atacado a
los borregos. Además la noche del ataque se oyó mucha ladrazón
(sic) y aullidos, pero el caporal no vio a nadie”.
Es decir, los perros guardianes sí hicieron su trabajo: ladraron avisando de
la presencia de algo al acecho. Esto desmiente también el mito de que los perros
se quedan mudos y no hacen escándalo.
Antonio Moreno, vecino de La Remolacha, dijo que se trata de
un mutante “producto de experimentos gringos. Tal vez a un murciélago le
inyectaron una sustancia pa’que (sic) creciera y después mandarlo a la
Luna; y no sólo es uno sino varios animales”.
El médico veterinario Feliciano García Carrillo, jefe del
Programa de Salud de la SAGAR, envió al también médico veterinario
Sergio Reséndiz Torres, de Zamora, Michoacán, para que
investigara la muerte de 8 borregos encontrados muertos en el poblado de
Guáscuaro, municipio de Tingüindin, a 40 minutos de Zamora.
“Bueno –comentó García Carrillo-, en los días pasados se nos
informó de un ataque a ocho borregos. Y en la medida en que se nos enteró,
acudió un médico veterinario especialista en sanidad animal y todavía encontró
animales que estaban moribundos, recabó los datos del propietario. El señor
tiene aproximadamente unos 33 borregos y le amanecieron 8 muertos y algunos
heridos, que aparentemente fueron atacados por algún depredador como un perro o
algo parecido”.
Se trataba del hato del señor José Linares Sandoval.
Reséndiz Torres encontró que la mordida se debía a un animal canino (coyote o
perro) y aclaró:
“Los animales muertos tenían toda su sangre, con una herida a la altura
de la yugular normalmente se desangran por sí solos y no encontramos rastros de
que estuvieran chupados, no hay un animal que beba tal cantidad de sangre como
la que tiene un borrego que es de seis a ocho litros, es muy difícil, tendría
que ser un animal tan grande que todo el mundo lo vería y más si son varios
borregos. Bueno, ¿a quien le cabe tal cantidad de sangre? No está chupando
sangre, simplemente los atacó y los mordió, y el ataque fue severo, y el
propietario no se dio cuenta, bueno no estuvo pendiente”.
Además, se encontraron huellas “como de perros”.
¿Qué paso con eso de que los animales aparecen totalmente desangrados, sin
una “pizca” de sangre? Bueno, al parecer, también es un mito. De todos los
reportes que conozco en los que han intervenido veterinarios o los mismos han
hecho una autopsia, no hay uno solo en el que se afirme que los animales estaban
secos, sin sangre. Sólo la pediatra poblana, que hizo un remedo de necroscopia,
sin tener ni idea, fue la única que afirmó que el animal estaba seco de
sangre.
El director del zoológico de Culiacán, el médico veterinario Humberto
Iriarte, investigó la muerte de 24 animales en aquel estado. No
encontró ningún indicio de extracción de sangre. Los animales fueron muertos por
“un ataque de una jauría de perros ferales” (animales domésticos que
regresaron a la vida silvestre).
“Los ataques de perros son muy comunes; la gente lo sabe. Pero como ellos
mismos no tienen para comer, menos para darles a los perros, que no siendo
rabiosos no soportan la hambruna. Los perros por su naturaleza atacan a animales
que son muy nobles e inofensivos”.
En tiempo de sequía, como el que ahora padecemos, los animales silvestres,
hambrientos, bajan hasta las rancherías. Incluso hay perros, de los llamados
callejeros, que se unen en jaurías y atacan o matan a los borregos, al igual que
lo hacen los coyotes. Los mapaches también pueden atacar a las gallinas, por
ejemplo.
En el informe del doctor Iriarte al gobierno del Estado se indica que:
1. Los ataques de los animales fueron realizados por perros ferales y no
rabiosos, como manifestaron algunas autoridades.
2. Los cuerpos de los animales muertos tenían sangre (un murciélago sólo
puede absorber 17 mililitros de sangre).
3. Los pobladores del municipio tuvieron mala disposición para atender a los
animales moribundos y los dejaron fallecer.
4. Una semana antes, los animales del lugar habían sufrido otro ataque de
perros que no fue denunciado a las autoridades.
5. Los pobladores atraviesan por una difícil crisis económica, además
participan en peleas constantes por rencilla antiguas entre ellos mismos,
situación que hace factible algún tipo de venganza.
María Elena Hoyos, directora del zoológico de Chapultepec
también recordó que en 1985 el mismo zoológico sufrió un ataque de perros
ferales, los cuales mataron aves y otros animales pequeños.. Se trataba de una
manada de perros que sobrevivía con los desperdicios que arrojan los visitantes
al bosque. Cuando, en septiembre y en los meses sucesivos el zoológico fue
cerrado por remodelación, disminuyó la afluencia de visitantes. Los perros
quedaron sin comer y no tuvieron más remedio que atacar a los animales
encerrados en sus jaulas.
El subsecretario de Agricultura, Romárico Arroyo declaró que
se trataba de simples coyotes o animales predadores que, debido a la sequía,
buscan cualquier mecanismo para saciar su hambre.
El funcionario puntualizó que en todos los casos reportados, especialistas de
la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR)
coinciden en que se trata de ataques de animales depredadores, como lobos y
coyotes.
LA OPINIÓN DEL DOCTO RAMIRO RAMÍREZ NECOCHEA
El doctor Ramiro Ramírez Necochea, de quien ya hemos hablado
más arriba, ha hecho diversas observaciones muy acertadas. Las reproducimos aquí
íntegramente por su interés en este asunto. Según el doctor Ramírez gran parte
de los casos se deben a animales depredadores salvajes.
“Esos animales están viviendo una tremenda urgencia de alimento. Tenemos
dos años de intensa sequía y aunque no sé de qué forma se han podido alterar los
ecosistemas, pienso que estos animales se están acercando a las poblaciones para
alimentarse, y que desde la aparición del chupacabras, todo se lo cargan a
éste.
“Yo realicé en Sonora, hace dos semanas, un análisis de una vaca, que la
gente juraba había sido víctima del chupacabras. Sin embargo, el animal había
muerto por una infección en los intestinos, causada por la poca disponibilidad
de alimento. Además, presentaba marcadas huellas de navajazos en su piel y,
contrario a lo que pudiera pensarse, había presencia de sangre”.
Efectivamente los cambios radicales en el hábitat, como son el incremento de
la temperatura y la prolongación de las sequías estacionales son los causantes e
una migración de animales como pumas, tigrillos, perros, zorros, coyotes, etc.,
quienes en busca de alimentos se trasladan a las rancherías y atacan a los
animales de corral. La sequía amenaza convertir el estiaje en un desastre para
la agricultura y la ganadería.
Algunos ufólogos han planteado la siguiente cuestión: ¿Por qué antes, en
época de sequía, no se daban este tipo de fenómenos? La respuesta es obvia: sí
se daban, pero pocos le tomaban importancia y nadie lo achacaba a seres
extraterrestres o al chupacabras, ya que estaban conscientes que se debían a
procesos naturales. Hoy, el chupacabras se ha convertido en un producto de la
confusión, del sensacionalismo con el que se pretende explotar la capacidad de
asombro de los incautos. Todo se le achaca a este mítico ser.
Como dato adicional diremos que en 1973 el Fish and Wildlife Service
de los Estados Unidos publicó un estudio en el que proporcionaba los promedios
estadísticos anuales de pérdidas de vacas, borregos, cabras, cerdos, caballos,
etc., debidas a ataques por predadores. Curiosamente hace un análisis
comparativo con la situación en México. Según ese estudio, en ese entonces,
anualmente México perdía en promedio un total de 30,000 cabezas de ganado. Es
decir, 2,500 cabezas por mes. Si la tendencia es la misma para este año de 1996,
la cantidad de muertes reportadas (supuestamente debidas al chupacabras, 1,138)
no cubre ni la mitad de este dato. Lo anterior quiere decir o bien que los
predadores habituales han desaparecido en su totalidad dejando el trabajo sucio
al chupacabras (algo que lógicamente no es cierto), o ahora los predadores
naturales del ganado se encargan de ocultar los restos de sus víctimas, mientras
que el chupacabras las deja a la intemperie (lo que también es una tontería), o
no existe el chupacabras y ha disminuido significativamente el número de
carnívoros en nuestro territorio (lo que puede ser una penosa realidad de
nuestro desmoronamiento ecológico).
Otros análisis en ese sentido, debidos al doctor Ramírez, nos muestran la
verdad del mito. El doctor Ramírez hizo el cálculo de la sangre que debió haber
ingerido el chupacabras. Tomando en cuenta l factor de 60 mililitros de sangre
por cada kilo de peso de animal, llega a la cantidad de 81 litros de sangre tan
sólo en un día.
“Para que el chupacabras pueda ingerir esa cantidad de sangre se debe
suponer que se trata de un animal que pesa más de dos toneladas. Para que pueda
desplazarse por los aires sus alas deberían medir 2 kilómetros, pero en eso
estamos quizá equivocados, porque nadie lo ha visto, ¿no es así?
“Sin embargo, cabe otra posibilidad. Tal vez se trata de varios
chupacabras, uno por cada Estado de la República. Eso quiere decir que estamos
invadidos por un enjambre de ellos y yas e hubiera atrapado alguno, cosa que no
ha sucedido.
“Por otro lado, si son muchos chupacabras, de aproximadamente 25 kilos de
peso cada uno de ellos, necesitamos 80 animales de este tipo en todo el país
para que puedan causar tantos ataques. Es increíble que nadie haya podido
atrapar alguno”.
Su lógica es contundente pero me temo que nada servirá para la mente del
ufólogo promedio. Para ellos todo es raro, extraño y no tiene explicación
racional.
En lo único en lo que no estoy de acuerdo con el doctor Ramírez es en que él
supone que todo se debe a un plan maestro del gobierno para alejar al hombre de
la calle de los problemas primordiales que aquejan nuestro país. Según
Ramírez:
“Si esto está orquestado dentro del gobierno, es un genio de la propaganda
quien lo está manejando”.
Más bien creo que, en caso de que lo estén utilizando con fines de
distracción, fue un regalo que les cayó del cielo (aunque no precisamente un
regalo extraterrestre).
Continuará…
El clásico garadiábolo fue hecho pasar como un auténtico chupacabras. Se
trata de una mantarraya modificada para dale un aspecto humanoide.
Restos de un gato momificado por el intenso calor y sequedad de Hermosillo.
Otro supuesto chupacabras presentado por la prensa.
Cabeza de perro modificada para adquirir un aspecto “chupacabresco”. Durante
la psicosis mexicana por el chupacabras, los periódicos amarillistas, como la
Prensa, publicaron este tipo de fotografías como pruebas de la existencia del
chupacabras.
Otra momia de gato. Estas fotografías son de las más conocidas en internet.
Tal vez nuestra negativa de enfrentarnos con la muerte haga que veamos algo
extraordinario en una deformación natural.
Diferentes interpretaciones del chupacabras.
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